Un día crecemos
Texto By Rozilda Euzebio Costa, traducido por Prof. Raiko Pastrana
Un día crecemos, y entonces descubrimos que somos amados. Mismo sin que nadie nos lo diga, sabemos que somos amados por las bellas pruebas de amor que nos direccionan, a través de los gestos de cariño y cuidado que algunas personas nos dedican y aun, por la preocupación que algunas personas tienen con nuestro bienestar.
No es preciso que nos digan que nos aman aquellos que hacen malabarismos para arrancarnos una sonrisa, para darnos más esperanzas y hacernos creer que la vida vale la pena ser vivida con alegría.
Un día crecemos y comprendemos que declaraciones de amor no siempre son pruebas de sentimientos verdaderos.
Descubrimos también que la vida es una gran prueba de evolución y que cada persona que Dios coloca en nuestro camino tiene una misión que cumplir y una razón de gran importancia. Por eso, todas las personas que pasan por nuestra vida deben ser consideradas como un colaborador en nuestro paso por los días en la Tierra.
Un día realmente crecemos y comenzamos a ver a las personas como ellas son; fuertes y frágiles, alegres y tristes. Y comprendemos que todos nosotros tenemos nuestros momentos de altibajos en la vida. Percibimos que ninguno de nosotros está en posición mejor o peor que el otro. Estamos exactamente en el lugar que debemos estar, y viviendo el momento cierto de cada situación que nos hará despertar en el tiempo oportuno, para ver la grandeza de Dios en nuestra vida.
Un día entonces llegamos al final de la línea. Terminadas o no, nuestras tareas y misiones que tuvimos en la vida, tendremos que partir.
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